24 nov 2013

Riocueva 2013, episodio 16: trabajo sucio

Como avanzaba la semana pasada, la excavación de Riocueva ha terminado por este año. Después de excavar cerca de 17 m2 en 6 sondeos diferentes, repartidos por toda la parte inferior de la Galería Campamento, y de recuperar in situ más de 500 objetos diferentes –huesos humanos, huesos de animales, cerámica, objetos metálicos y algún objeto de vidrio– tocaba ya ir "colgando el paletín" y prestar atención a las tareas pendientes que han quedado tras tantas jornadas de excavación. Lo cierto es que la semana pasada habíamos barajado la posibilidad de abrir un último sondeo de despedida, pero al final se ha impuesto el sentido común. ¿En qué hemos empleado el tiempo ayer durante todo el día? Pues en gestionar la tierra que habíamos sacado días atrás y que había quedado almacenada por toda la galería.

Preparando cuidadosamente unas bolsas para flotar antes de sacarlas de la cueva
Las perspectivas iniciales asustaban un poco: unas 70 bolsas de tierra para cribar y cerca de 20 bolsas con sedimentos para flotación tenían que salir de galería, cruzar por el angosto laminador y acumularse en el vestíbulo sin colapsarlo del todo. Pero el trabajo no termina ahí. Las bolsas de tierra para cribar se procesan a pie de yacimiento, si el tiempo lo permite. Ayer sólo lo permitía a ratos, durante el resto de la jornada la lluvia no dejaba hacer nada. Las bolsas de flotación hay que trasladarlas a Omoño, previo acarreo durante 400 interminables metros cuesta arriba, tarea que con la lluvia se hace dificultosa. En Omoño quedan almacenadas durante unas semanas en un rinconcito de la nave del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria que nos ceden amablemente, a la espera de ser "flotadas". La verdad es que ha quedado todo a medias: no hemos terminado de cribar, ni de sacar bolsas al vestíbulo, ni de acarrear bolsas para flotar... En cuanto deje de llover, volveremos a la cueva para rematar la faena.

Cola de bolsas de tierra esperando para ser llevadas al exterior, donde espera la criba
Acumulación en la salida del laminador de bolsas destinadas a la flotación
Además del acarreo de bolsas fuera de la cueva y la criba, quedaba terminar algunos planos en estrecha colaboración con los murciélagos. Puede que se hayan enterado de que nos quedan pocas visitas más a la cueva esta campaña y marcan el territorio con vuelos acrobáticos por la galería. Sé que son inofensivos... pero resultan un poco inquietantes.

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